Las Fintech, la oportunidad para feminizar un sector masculinizado
Las mujeres pueden tener más posibilidades de impregnar su huella y generar impacto en las Fintech, empresas modernas y ágiles y con un ADN joven. Es ampliamente reconocido que el sector financiero y el sector tecnológico tienen un problema de diversidad de género.
Luz Parrondo, Directora del Departamento de Finanzas, Contabilidad y Control de la UPF Barcelona School of Management (Revista Empresarial, 01-03-2021)
Las mujeres tienen poca presencia en cargos directivos, y menos aún en posiciones de fundación y creación de empresas. Por ello puede sorprender que en el sector Fintech, donde las finanzas y la tecnología convergen, la presencia femenina sea ligeramente mayor que en los sectores tradicionales. Así se desprende de un estudio elaborado por la Asociación Española de Fintech e Insurtech, en el que observamos que más de la mitad de las 125 startups consultadas cree que en las Fintech existe más flexibilidad para que las mujeres ocupen cargos directivos en comparación a una compañía financiera tradicional.
Asimismo, un 80% de los encuestados asegura que en su empresa se promueve la conciliación entre la vida familiar y la laboral. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer, ya que la presencia femenina en el entorno Fintech es de un 28% y tan solo un 2% de estas empresas tiene una mujer CEO. Según el estudio, el 48% de las mujeres tiene formación financiera, un 20% formación en marketing y comunicación, el 16% en derecho y tan solo un 8% en ingeniería informática. Si nos fijamos en este último dato, el foco del problema de la desigualdad se centra en la educación.
Pero este déficit educacional no parece existir en el ámbito financiero y, a pesar de ello, la paridad fracasa estrepitosamente. Entonces, ¿Qué otros factores, además de la educación, pueden provocar la desigualdad? Muchos, como la cultura del entorno, la presión familiar, la maternidad, las imposiciones sociales… Solo por mencionar algunos de ellos.
A diferencia de empresas financieras o tecnológicas más tradicionales, las Fintech son startups y como tales son empresas modernas y ágiles con un ADN muy joven. Están libres de las sinergias y de los estereotipos anclados en las estructuras tradicionales y permiten la entrada de ideas y “formas de hacer” nuevas. Las mujeres pueden tener en las Fintech más posibilidades de impregnar su huella y de generar impacto. El recorrido está lleno de obstáculos y representa un gran reto tanto para los hombres como para las mujeres que reclaman un cambio. Es evidente que no se trata únicamente de “feminizar” un mundo “masculino”. El cambio ha de iniciarse mucho antes y a mayor profundidad.
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